Bueno bella, te seguro que al leer este artículo tu vida se empezará a simplificar mucho más y podrás entender algo que te será muy útil y que los profesionales generalmente no se dan el tiempo de explicar en esta sociedad donde se busca sólo callar el síntoma y la salud es un trámite.
En un mundo de dietas express, ayunos prolongados e intermitentes, dieta low carb, método grez, productos light, suplementos ¿cuál es el método que hay que elegir? ¿Cuál es realmente efectivo?
Te cuento desde mis conocimientos y experiencia que no hay un solo camino, puedes irte por el camino del ayuno intermitente, dieta low carb, hipocalórica, ya que todas parten de la base de “restricción calórica”, que consiste en consumir menos calorías de las que estás gastando por un determinado tiempo, así bajas de peso y por ende, da igual la dieta que sea, todas cumplen con esto.
Así que primer punto: puedes bajar de peso tomando zumos de fruta por 5 días, o haciendo ayunos intermitentes de 24 o más horas, o comiendo helado todos los días. Puedes bajar de peso haciendo yoga, bailando zumba o entrenando en un gym.
¿Cuál sería el problema entonces?
El problema es que todas estos métodos si, funcionan, pero solo cuando te mantienes constante en el tiempo. Este es el problema.
Las dietas muy restrictivas, ya sea en calorías o con ciertos alimentos son casi imposible de mantener por mucho tiempo. Además la mayoría no son saludables ni para tu salud ni para tu mente, ya que o nos privan de muchos nutrientes y/o sobrecargan nuestros sistemas y órganos excretores, perjudicando nuestro metabolismo y sobre todo, nuestra salud. Y lo más importante, NO son sanas, no nos enseñan a comer de manera saludable y lo peor, PERJUDICAN nuestra salud y nos DESCONECTAN de nuestras propias señales físicas y emocionales.
¿Crees que así será posible sostenerlo por mucho tiempo? Desde mis conocimientos y experiencia, te dijo que no.
¿Qué dice la ciencia?
¿La solución?
Un REAL cambio de hábitos y de consciencia.
La mejor manera de bajar de peso, lograr tus objetivos y mantenerlo en el tiempo es aprendiendo a comer, aprendiendo a escuchar y a re-conectar tu cuerpo. Dejando la restricción, dejando las sobre exigencias y conectando más con la intención.
Piénsalo por un momento. Te sirve hacer una dieta restrictiva, bajar de peso y luego volver a subir? No tiene un sentido, y al contario, te desconectas aún más de tu cuerpo, bajarás y subirás de peso y lo único que lograrás será desequilibrar tu organismo, generando más de lo mismo: frustración y ansiedad.
Después de saber que este enfoque no funciona y nunca ha funcionado, ¿todavía quieres hacer dietas?
¿No será mejor que en vez de obsesionarnos por un peso, nos ocupamos con firme determinación de nuestra salud y nutrir de manera amorosa nuestro cuerpo?
Cada cuerpo es diferente, cada cuerpo es único y hermoso en su forma. Tu peso perfecto irá llegando como consecuencia de este autocuidado, de encontrar tu propio equilibrio.
Un equilibrio que te haga feliz a ti y a nadie más que a ti.
Un equilibrio sin obsesiones, sin frustraciones, sin restricciones, sin estar contando calorías, pesando los alimentos o preocupándote 24/7 de lo que comes. Mejor enfocar toda esa energía en cuidarte desde la aceptación, desde el amor y las ganas de mejorar por ti y para ti.
Cuando encuentras tu equilibrio también encuentras un balance en tus emociones, en tu energía, en tus hormonas, en tu descanso… lo que a su vez aumenta tus ganas de seguir cuidándote y cultivando este balance. Y si estás leyendo esto es porque tu cuerpo quiere estar así, lo pide porque, es su estado natural.
¿Pero cuál es el problema entonces? ¿Por qué no todas estamos en ese estado constante?
Porque la sociedad, la cultura, te ha hecho creer que tienes que cumplir con un cierto estereotipo para ser saludable, y al final ser aceptada. Pero primero acéptate tú. El peso no es un indicador de salud, no es más que un indicador de belleza inventado e impuesto a raíz del patriarcado.
Incluso biológicamente una cierta cantidad de grasa en el cuerpo de la mujer es esencial para un buen funcionamiento de nuestro sistema hormonal y fertilidad. Por eso en otras culturas las caderas anchas y muslos prominentes son saludables, almacenar cierta cantidad de grasa abdominal es un factor protector para nuestros órganos internos y reproductores, nuestro principal centro creativo y que nos conecta con nuestra feminidad, con nuestro poder.
Pero un cuerpo que no es delgado no es lindo según estos estándares impuestos. Y así seguimos pasando la vida a dieta, restringiendo, frustrando, decepcionando, restringiendo….y así sigue el círculo vicioso. ¿De verdad quieres pasar toda tu vida así porque la sociedad te impuso un cierto peso para ser bella, aceptada?
¿O vas a elegir como propósito ser feliz, cuidándote y disfrutando en equilibrio?
Esta pregunta fue la que me ayudó a sanar de los trastornos alimenticios que sufrí en mi adolescencia. Del perfeccionismo de querer ser más, de querer complacer, de querer ganar aprobación (al final amor) de los demás por tener un “lindo físico”, algo que se acerque a lo “perfecto”.
Imposible, este estándar cambia con el tiempo, cambia según cada cultura, no tengo además el tiempo de dedicarme todo el día a preocuparme de manera obsesiva a sólo mi cuerpo.
Y les confieso que desde que me empecé a alimentar teniendo como base la aceptación y el amor propio, alimentarme bien se me dio de manera espontánea, mi ansiedad fue sanando naturalmente.
Porque decidí poner el foco en cuidarme desde el amor propio y mi salud, para sentirme linda por dentro y que se refleje fuera, en vez de enfocarme en un canon de belleza que quizás nunca podré cumplir y lo único que hacía era frustrarme al no cumplir con las exigencias y expectativas de otros.
En los tiempos de hoy ¿vas a elegir seguir esta corriente, o vas a romper este patrón tóxico que nos hace competir, nos hace odiarnos y desconectarnos de nosotras mismas y entre nosotras mismas?
Espero que elijas la segunda, que cuides, goces y honres tu cuerpo con todas sus letras. Que te respetes a ti misma y las demás, tu gracia y tu belleza no se demuestra en como se ve tu cuerpo. Te aseguro que la real belleza es algo que se refleja cuando se está cómoda y contenta en nuestra propia piel, no en cómo se ve tu cuerpo.
¿Entonces está mal querer bajar de peso?
Bajar de peso no está mal, no está mal querer hacer cambios para sentirse más cómoda con una y no va en contra del amor propio.
Pero te pido que antes de pensar en bajar de peso pienses en tu propósito: ¿por qué quiero hacerlo?, ¿por qué quiero cambiar mi cuerpo? Qué voy a conseguir? ¿Es por caber en un estereotipo? ¿O es porque te amas y quieres ser más saludable? ¿Quieres tener más vitalidad?
Busca el cambio, busca la mejor versión de ti misma desde un punto de amor propio. Porque si lo haces por odio (falta de amor), simplemente no lo vas a lograr, no a largo plazo por lo menos.
Lo que nos lleva a la pregunta inicial de este artículo, ¿cuál es el mejor método para bajar de peso?
Lo mejor para bajar de peso es el equilibrio, el amor propio, el empoderamiento, el formar una buena relación con la comida, establecer hábitos saludables que te lleven a estar cómoda y feliz con tu cuerpo, pero desde un principio aceptando tu cuerpo.
Tu cuerpo sentirá hambre cuando necesites energía, tu cuerpo te avisará cuando necesites descansar, y disfrutar. Te pedirá líquido, te pedirá verduras, te pedirá movimiento. Y si lo escuchas y te alineas, encontrarás una alimentación y vida intuitiva, encontrarás tu equilibrio con tu cuerpo, con tus fases y tus ciclos.
Así que basta de aferrarte tanto a lo externo, en opiniones, en dietas, cuentas que te generan frustración, basta de buscar el estereotipo. Pon tu foco y tu atención en buscar tu mejor versión, respetando tu proceso de ti misma desde el amor propio, porque sin amor propio no hay salud.
La mejor manera de bajar de peso:
1) Parte incorporando un hábito saludable. Con uno es suficiente.
Elige un hábito que te haga sentir más saludable, no más flaca. La baja de peso vendrá pero como consecuencia, pero para esto tienes que disfrutar el proceso y tener paciencia, así funcionará y se sostendrá para siempre.
Por ejemplo, puedes proponerte hacer una actividad que te guste pero que también implique movimiento, puede ser bailar, elongar, o hacer yoga. Comenzando con rutinas cortas y de a poco vas aumentando los días y los minutos.
2) Asegúrate de que sea algo que disfrutes haciendo.
La atención e intención en hacer cambios es la base, pero nunca vas a ser 100% constante con algo que no disfrutas y te haga pasarlo mal, no tiene sentido. Siguiendo el ejemplo del paso 1, escucha música que te guste, parte haciéndolo con una amiga, o tu pareja, y que sea una actividad que te motive y te guste realizar.
3) Sin prisas. Disfruta el proceso.
Tómalo con calma, de manera consciente, sin prisas. No tienes que hacerlo perfecto desde el día uno, la constancia hace al maestro. Disfruta el proceso, ahí está la clave. Y escucha a tu cuerpo, si sientes que tienes que descansar obedécele y hazlo. La vida no es lineal, no es perfecta, somos cíclicas así que no trates de buscar la perfección ya que solo encontrarás frustración.
4) Poco a poco anda incorporando otros hábitos saludables que puedas sostener.
Saca los que ya no te hagan feliz, busca otros que te ayuden. Tomar un vaso de agua al despertar, que no falten las verduras en tus comidas. Pequeños pasos nos acercan a grandes avances y te aseguro que en un tiempo más mirarás hacia atrás y te sentirás orgullosa de todo lo que has conseguido, es cosa de tener paciencia y continuar.
No somos solo un cuerpo, la salud es integral, somos un cuerpo, más una mente y emociones, y esa es la manera en que debemos mirarla para encontrar más satisfacción y buenos resultados.
Espero de corazón que de aquí en adelante elijas ser la versión más saludable de ti misma, no la más flaca, no la más bella.
Francis Bacon.
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Jo Lezaeta.